
La respuesta es sencilla.... si a todo el mundo nos explicasen que muchas de las decisiones que se toman en el Parlamento Europeo son de aplicación directa en nuestro devenir cotidiano, y que el único modo de influir en dichas decisiones es tener presencia allí, para lo que es necesario "hablar" en las urnas, superaríamos esa desidia que parece existe en este momento y el día 7 de junio seríamos partícipes y responsables de elegir a políticos que nos representen, y que lo hagan con honradez (valor muy preciado en estos tiempos). Lo cierto es que esto limita muuuchísimo las opciones y desde luego en la que estoy pensando NO la he nombrado todavía. Solo se me ocurre una capaz de defender Aragon y sin trampas.
¿E-cha-mos el resto?
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